Víctor, un hombre de 32 años, nunca se imaginó lo que le iba a ocurrir cuando quiso robar una peluquería en la región rusa de Kaluga.

Ingresó al local y cuando se disponía a retirarse con el botín, apareció Olga, mujer de 28 años y dueña del lugar, que tras un duro golpe dejó al ladrón tirado en el piso.

La mujer ató al hombre con el cable de un secador de pelo, lo amordazó y le dijo a los clientes que ya estaba por llegar la policía. Sin embargo, Olga tenía otros planes para Víctor ya que después de esposarlo, la mujer lo obligó a tomar viagra y lo mantuvo como esclavo sexual por 48 horas.

Después de dos días, la mujer liberó al hombre quien, paradójica mente, se dirigió a la comisaría más cercana e hizo la denuncia por violación, después de pasar por el hospital para controlar las lesiones que tenía en su miembro.

Por su parte, la mujer hizo la denuncia por robo y aseguró que no había violado al tipo. “Es un idiota. Sí, lo hicimos algunas veces, pero le compré unos pantalones nuevos, le di de comer y de beber y luego, cuando se marchó, le regalé 1.000 rublos (unos 23 euros)”.

Ladrón entró a robar y dueña lo violó durante dos días

Víctor, un hombre de 32 años, nunca se imaginó lo que le iba a ocurrir cuando quiso robar una peluquería en la región rusa de Kaluga.

Ingresó al local y cuando se disponía a retirarse con el botín, apareció Olga, mujer de 28 años y dueña del lugar, que tras un duro golpe dejó al ladrón tirado en el piso.

La mujer ató al hombre con el cable de un secador de pelo, lo amordazó y le dijo a los clientes que ya estaba por llegar la policía. Sin embargo, Olga tenía otros planes para Víctor ya que después de esposarlo, la mujer lo obligó a tomar viagra y lo mantuvo como esclavo sexual por 48 horas.

Después de dos días, la mujer liberó al hombre quien, paradójica mente, se dirigió a la comisaría más cercana e hizo la denuncia por violación, después de pasar por el hospital para controlar las lesiones que tenía en su miembro.

Por su parte, la mujer hizo la denuncia por robo y aseguró que no había violado al tipo. “Es un idiota. Sí, lo hicimos algunas veces, pero le compré unos pantalones nuevos, le di de comer y de beber y luego, cuando se marchó, le regalé 1.000 rublos (unos 23 euros)”.