Mientras tomaba su desayuno, ayer en la mañana en el Lidotel, en Valencia (Venezuela), EL HERALDO se le acercó a Róbinson Aponzá para escuchar sus reacciones tras el golazo que le dio al Junior la victoria, el martes, 1-0 ante el Carabobo FC en el Polideportivo Misael Delgado.

“No hermanito, a mí no me gusta hablar. Si quieres hablo, con mucho gusto, al final del torneo”, expresó el atacante de 27 años que completó el centenar de goles en la historia de Junior en Copa Libertadores.

Aponzá, que suele gambetear a la prensa en los entrenamientos, siguió departiendo junto a sus compañeros Johnatan Estrada y Leonardo Pico.

Sin embargo, unos minutos después, el esquivo atacante dejó su timidez a un lado y decidió atender al periodista de EL HERALDO y al narrador Ramiro Jiménez, los únicos comunicadores que estuvieron al lado del equipo en su debut en la temporada de 2017.

“Fue un triunfo muy importante para nosotros, se da la posibilidad de poder sumar de visitante y en una cancha complicada que pudimos contrarrestar. Ya dimos un paso y falta concretarlo en Cartagena. Esperamos pasar esta ronda que de verdad es muy difícil por el exigente rival que nos tocó”, expresó el caucano.

‘El Gancho’, como es conocido en el mundo del balompié, soltó una que otra sonrisa cuando se le preguntó si soñaba con un debut con gol a bordo.

“Gracias a Dios se pudo marcar, y soñaba de verdad con hacerlo porque todos queremos debutar así, pero lo primero es el equipo y pudimos sumar. Contento con el gol, en lo personal, pero hay que seguir trabajando”, agregó.

Luego del zapatazo que despachó en el minuto 31 ante el equipo granate y que bastó para que los rojiblancos embolsaran tres puntos, Aponzá soltó unas lágrimas y salió a abrazar a Gamero. Fue el sentimiento de un joven que hace unos años estaba casi que retirado del fútbol.

“Lloré porque hace un tiempo estaba relegado del fútbol. Dios me está abriendo puertas que no esperaba. Como muchos saben, los que me conocen, yo andaba equivocado de camino y no sabía lo que era la vida. El Señor ha cambiado mi vida y perseverando en él, seguirán los triunfos. El profe Gamero conoció una parte equivocada de Róbinson Aponzá, pero ahora estoy caminando de una forma distinta”.

Sobre el significado de su gol, que lo coloca en la historia del Junior en el certamen continental, Aponzá expresó que sintió alegría, pero no quiere relajarse y piensa esforzarse el doble.

“Ayer (martes) me di cuenta que había marcado el gol 100. La gloria es para Dios porque uno entra con la convicción de poder hacer goles y se logra uno muy importante. No quiero relajarme. Espero que las que me queden pueda concretarlas”, concluyó Aponzá.

“Lloré porque hace un tiempo estaba relegado del fútbol”: Aponzá

Mientras tomaba su desayuno, ayer en la mañana en el Lidotel, en Valencia (Venezuela), EL HERALDO se le acercó a Róbinson Aponzá para escuchar sus reacciones tras el golazo que le dio al Junior la victoria, el martes, 1-0 ante el Carabobo FC en el Polideportivo Misael Delgado.

“No hermanito, a mí no me gusta hablar. Si quieres hablo, con mucho gusto, al final del torneo”, expresó el atacante de 27 años que completó el centenar de goles en la historia de Junior en Copa Libertadores.

Aponzá, que suele gambetear a la prensa en los entrenamientos, siguió departiendo junto a sus compañeros Johnatan Estrada y Leonardo Pico.

Sin embargo, unos minutos después, el esquivo atacante dejó su timidez a un lado y decidió atender al periodista de EL HERALDO y al narrador Ramiro Jiménez, los únicos comunicadores que estuvieron al lado del equipo en su debut en la temporada de 2017.

“Fue un triunfo muy importante para nosotros, se da la posibilidad de poder sumar de visitante y en una cancha complicada que pudimos contrarrestar. Ya dimos un paso y falta concretarlo en Cartagena. Esperamos pasar esta ronda que de verdad es muy difícil por el exigente rival que nos tocó”, expresó el caucano.

‘El Gancho’, como es conocido en el mundo del balompié, soltó una que otra sonrisa cuando se le preguntó si soñaba con un debut con gol a bordo.

“Gracias a Dios se pudo marcar, y soñaba de verdad con hacerlo porque todos queremos debutar así, pero lo primero es el equipo y pudimos sumar. Contento con el gol, en lo personal, pero hay que seguir trabajando”, agregó.

Luego del zapatazo que despachó en el minuto 31 ante el equipo granate y que bastó para que los rojiblancos embolsaran tres puntos, Aponzá soltó unas lágrimas y salió a abrazar a Gamero. Fue el sentimiento de un joven que hace unos años estaba casi que retirado del fútbol.

“Lloré porque hace un tiempo estaba relegado del fútbol. Dios me está abriendo puertas que no esperaba. Como muchos saben, los que me conocen, yo andaba equivocado de camino y no sabía lo que era la vida. El Señor ha cambiado mi vida y perseverando en él, seguirán los triunfos. El profe Gamero conoció una parte equivocada de Róbinson Aponzá, pero ahora estoy caminando de una forma distinta”.

Sobre el significado de su gol, que lo coloca en la historia del Junior en el certamen continental, Aponzá expresó que sintió alegría, pero no quiere relajarse y piensa esforzarse el doble.

“Ayer (martes) me di cuenta que había marcado el gol 100. La gloria es para Dios porque uno entra con la convicción de poder hacer goles y se logra uno muy importante. No quiero relajarme. Espero que las que me queden pueda concretarlas”, concluyó Aponzá.