La interrupción de un proceso serio, la llegada de un técnico sin experiencia y el bajo rendimiento deportivo derivaron en un semestre para el olvido en Junior, que terminó con las manos vacías.

El 2016 dejó más tristezas que alegrías para la afición rojiblanca. Dos finales perdidas (una de Liga y otra de Copa), una eliminación de Copa Sudamericana a manos de un rival inferior, en el papel, y la no clasificación a las finales de la Liga en el segundo semestre del año. Nada para rescatar en Junior y sí mucho para reprochar.

La afición se distanció por muchas razones del equipo, las mismas que derivaron la caída del ‘Tiburón’, que pasó de ser protagonista a no tener una identidad clara de juego. Por ese mismo motivo los resultados nunca llegaron, incluso alcanzó a enlazar una racha de 12 partidos sin ganar, una de las más largas en la historia del cuadro barranquillero.

1. Se corta un proceso

Todos los problemas para Junior iniciaron con la traumática salida de Alexis Mendoza de la dirección técnico del equipo rojiblanco. Se cortó un proceso de trabajo serio y dedicado, que tuvo sus más y sus menos, pero que había arrojado tres finales consecutivas (dos de Liga y una de Copa), y se pasó abruptamente a otro sin bases y huérfano de ideas y recursos tácticos.

2. Traen un técnico sin experiencia

Se pasó de un técnico con experiencia y rose internacional a otro sin experiencia y sin méritos para dirigir el equipo rojiblanco. Giovanni Hernández nunca encontró la forma de reconducir al equipo. Se rodeó mal, careció de ideas tácticas y no tuvo mano dura al momento de tomar decisiones en ciertos momentos de la temporada. Su equipo no tuvo una identidad de juego.

3. Contrataciones sin peso

Una vez más Junior falló al momento de las contrataciones. Para este segundo semestre trajeron cinco caras nuevas, de las cuales dos no aportaron absolutamente nada (David Álvarez y Fáber Cañaveral) y las otras tres (Sebastián Toro, Sebastián Hernández y Michael Rangel) fueron muy irregulares, al punto de quedar en deuda con la afición. Rángel, el único que se salva.

4. Bajo nivel de los jugadores

Muy pocos jugadores se salvan del pésimo semestre rojiblanco, lo que habla de un bajo rendimiento deportivo de una plantilla conformada para disputar tres torneos. Únicamente Sebastián Viera, José Luis Chunga, Alexis Pérez, Enrique Serje pasan la temporada con buena nota, mientras otros dejaron escaramuzas de su juego, como Vladimir Hernández y Michael Rangel.

5. Defensa insegura e ingenua

Uno de los puntos del equipo que se debilitó en la ‘era Giovanni’ fue la defensa. La zaga rojiblanca se vio insegura, ineficaz e ingenua en muchos tramos de la temporada. Alexis Pérez, el más destacado, terminó convirtiéndose en el ‘apaga fuego’ de la defensa, algo que lo perjudicó. Los laterales nunca se consolidaron. Se probó con todos y ninguno dio la respuesta deseada.

6. Escasa generación de juego

Junior pasó de ser un equipo que creaba múltiples opciones de gol —muchas de ellas desperdiciadas— con Mendoza a otro que escasamente llegaba al arco contrario con claridad. Dos aspectos llevaron a esto: bajo rendimiento de los creativos y la falta de una idea clara de juego desde el banco técnico. El equipo rojiblanco careció de elaboración, de ideas, de chispa, de ingenio.

7. Falta gol de los delanteros

El escaso aporte goleador de los delanteros terminó perjudicando al equipo rojiblanco en el tramo decisivo de la temporada. Los atacantes rojiblancos no estuvieron contundentes de cara al gol, dejando un promedio bajísimo este semestre: Michael Rangel (9 goles), Édinson Toloza (5), Roberto Ovelar (4), Léiner Escalante (4), Clemente Palacios (1), Jesús Rodríguez (0).

8. Distanciamiento con la afición

Las últimas finales fallidas, las malas decisiones administrativas y el bajo rendimiento deportivo terminaron rompiendo la relación afición-equipo. Nunca hubo acompañamiento y las críticas llovieron de principio a fin. La salida de Alexis Mendoza marcó un antes y un después, a partir de ahí la comunión con el aficionado fue nula. Junior nunca recibió el respaldo de su afición.

Ocho razones de la caída rojiblanca

La interrupción de un proceso serio, la llegada de un técnico sin experiencia y el bajo rendimiento deportivo derivaron en un semestre para el olvido en Junior, que terminó con las manos vacías.

El 2016 dejó más tristezas que alegrías para la afición rojiblanca. Dos finales perdidas (una de Liga y otra de Copa), una eliminación de Copa Sudamericana a manos de un rival inferior, en el papel, y la no clasificación a las finales de la Liga en el segundo semestre del año. Nada para rescatar en Junior y sí mucho para reprochar.

La afición se distanció por muchas razones del equipo, las mismas que derivaron la caída del ‘Tiburón’, que pasó de ser protagonista a no tener una identidad clara de juego. Por ese mismo motivo los resultados nunca llegaron, incluso alcanzó a enlazar una racha de 12 partidos sin ganar, una de las más largas en la historia del cuadro barranquillero.

1. Se corta un proceso

Todos los problemas para Junior iniciaron con la traumática salida de Alexis Mendoza de la dirección técnico del equipo rojiblanco. Se cortó un proceso de trabajo serio y dedicado, que tuvo sus más y sus menos, pero que había arrojado tres finales consecutivas (dos de Liga y una de Copa), y se pasó abruptamente a otro sin bases y huérfano de ideas y recursos tácticos.

2. Traen un técnico sin experiencia

Se pasó de un técnico con experiencia y rose internacional a otro sin experiencia y sin méritos para dirigir el equipo rojiblanco. Giovanni Hernández nunca encontró la forma de reconducir al equipo. Se rodeó mal, careció de ideas tácticas y no tuvo mano dura al momento de tomar decisiones en ciertos momentos de la temporada. Su equipo no tuvo una identidad de juego.

3. Contrataciones sin peso

Una vez más Junior falló al momento de las contrataciones. Para este segundo semestre trajeron cinco caras nuevas, de las cuales dos no aportaron absolutamente nada (David Álvarez y Fáber Cañaveral) y las otras tres (Sebastián Toro, Sebastián Hernández y Michael Rangel) fueron muy irregulares, al punto de quedar en deuda con la afición. Rángel, el único que se salva.

4. Bajo nivel de los jugadores

Muy pocos jugadores se salvan del pésimo semestre rojiblanco, lo que habla de un bajo rendimiento deportivo de una plantilla conformada para disputar tres torneos. Únicamente Sebastián Viera, José Luis Chunga, Alexis Pérez, Enrique Serje pasan la temporada con buena nota, mientras otros dejaron escaramuzas de su juego, como Vladimir Hernández y Michael Rangel.

5. Defensa insegura e ingenua

Uno de los puntos del equipo que se debilitó en la ‘era Giovanni’ fue la defensa. La zaga rojiblanca se vio insegura, ineficaz e ingenua en muchos tramos de la temporada. Alexis Pérez, el más destacado, terminó convirtiéndose en el ‘apaga fuego’ de la defensa, algo que lo perjudicó. Los laterales nunca se consolidaron. Se probó con todos y ninguno dio la respuesta deseada.

6. Escasa generación de juego

Junior pasó de ser un equipo que creaba múltiples opciones de gol —muchas de ellas desperdiciadas— con Mendoza a otro que escasamente llegaba al arco contrario con claridad. Dos aspectos llevaron a esto: bajo rendimiento de los creativos y la falta de una idea clara de juego desde el banco técnico. El equipo rojiblanco careció de elaboración, de ideas, de chispa, de ingenio.

7. Falta gol de los delanteros

El escaso aporte goleador de los delanteros terminó perjudicando al equipo rojiblanco en el tramo decisivo de la temporada. Los atacantes rojiblancos no estuvieron contundentes de cara al gol, dejando un promedio bajísimo este semestre: Michael Rangel (9 goles), Édinson Toloza (5), Roberto Ovelar (4), Léiner Escalante (4), Clemente Palacios (1), Jesús Rodríguez (0).

8. Distanciamiento con la afición

Las últimas finales fallidas, las malas decisiones administrativas y el bajo rendimiento deportivo terminaron rompiendo la relación afición-equipo. Nunca hubo acompañamiento y las críticas llovieron de principio a fin. La salida de Alexis Mendoza marcó un antes y un después, a partir de ahí la comunión con el aficionado fue nula. Junior nunca recibió el respaldo de su afición.